Ahora los mercados se llenan de naranjas, limones y kiwis recién cosechados. En los tiempos navideños aparecen en nuestras mesas y en muchas de las recetas que hacemos. Así que tenemos que disfrutar de estos cítricos, especialmente las mujeres.
¿Sabes por qué a las mujeres nos gustan tanto las frutas ácidas?
Según la medicina oriental, cada uno de los cinco sabores actúa como un combustible para un órgano en concreto. El sabor ácido refuerza y tonifica al hígado y a la vesícula biliar que son los órganos más débiles en el organismo femenino. Por esta razón a las mujeres nos apetece y nos gusta el sabor ácido más que a los hombres, simplemente porque lo necesitamos más.
Es interesante saber cómo los sabores actúan en nuestro cuerpo tanto a nivel físico como psíquico. Vamos a ver:
Hígado y vesícula
Las partes del cuerpo que corresponden: ojos, cuello, cadera, pies, garganta, músculos, uñas.
En su estado sano, la persona es: flexible, bondadosa, generosa, astuta, afectuosa, afable, benévola, pacífica, ordenada y creativa. Da mucha importancia a la reputación y al orgullo.
En su estado débil la persona es: tensa, imprudente, meticulosamente limpia, violenta, maliciosa, sarcástica, maniática, arrogante. Tiene tendencia a gritar, chillar, enfadarse con facilidad, ofender, despreciar a los demás, suspirar, decir palabrotas, provocar el enfado, tomar decisiones con prontitud y ligereza, y luego arrepentirse. Le gusta el sabor ácido. Le molesta el viento.
Ahora miremos que síntomas y malestares físicos pueden aparecer cuando el hígado se pone débil:
Síntomas físicos del hígado y de la vesícula biliar débil: dolor y mucosidad de la garganta, dolo alrededor del hígado (en las costillas), piel áspera, color verde en la cara, sabor amargo en la boca, la lengua se mancha de color blanco, dolor y contracción muscular, dolor y rigidez en la cadera, afonía, dolor de barriga en la madrugada, salen lágrimas y se deslumbran los ojos, problemas de las uñas de las manos y de los pies, el cuerpo desprende el olor a hedor y ácido, rechinar los dientes, picor en la pelvis, contracción genital, vómito, náusea, piedras en la vesícula,
Aparecen más estos síntomas en la madrugada y en la primavera.
En fin, si nuestro cuerpo nos pide ingerir más sabor ácido tenemos que hacerle caso porque eso significa que lo necesita. De esta manera reforzaremos nuestro hígado en invierno para que esté más fortalecido para la primavera que es la época en la que se encuentra más delicado.